La misión de la escuela es asegurar el máximo logro de aprendizaje de todos sus alumnos. Para ello, los maestros emprenden día con día su quehacer educativo considerando la diversidad que caracteriza a cada grupo escolar, tarea que se enriquece con el apoyo de su colectivo docente, y la asesoría y acompañamiento de directores, supervisores y autoridades educativas.

Este esfuerzo cotidiano que se vive en las aulas busca generar resultados educativos que garanticen a los alumnos su derecho a aprender. Si bien se tienen experiencias y logros positivos, las evaluaciones realizadas a escala nacional e internacional (PLANEA 2015 y 2017, PISA 2015) nos advierten que no se ha cumplido el compromiso y que el reto sigue siendo grande. Por poner un ejemplo: los resultados de PLANEA 2017 en educación secundaria muestran que los alumnos que egresan de la educación básica se ubican en los niveles insuficiente y básico de los aprendizajes clave del currículo, terminan sus estudios sin un dominio mínimamente suficiente en lectura y no pueden resolver problemas aritméticos simples, lo que refleja carencias fundamentales que dificultarán el aprendizaje autónomo.

El mandato constitucional sigue siendo una tarea pendiente, por lo que habrá que abocarse a garantizar en todas las escuelas las condiciones básicas para que mejoren el servicio educativo que brindan y, de esta manera, ofrecer a los alumnos oportunidades para el aprendizaje, en el entendido de que la mejora educativa es un proceso gradual, que lleva tiempo, que demanda revisiones permanentes, ajustes, y que invariablemente exige la participación activa de todo el colectivo. Para ello, la escuela requiere contar con indicadores claros que permitan organizar la tarea y medir con certeza sus resultados; revisarlos periódicamente para conocer el avance de los alumnos; identificar oportunamente y dar seguimiento a aquellos estudiantes que están en riesgo de no alcanzar los aprendizajes esperados, en rezago o deserción; valorar la eficacia de la intervención pedagógica para tomar decisiones pertinentes, y el involucramiento de supervisores y directores al visitar los salones de clase para asesorar y acompañar aquellos aspectos que requieren la mejora de la práctica educativa.

Se trata, entonces, de que la escuela implemente procesos de evaluación sistemáticos como parte inherente de su tarea, para generar con estos resultados estrategias de intervención oportunas y efectivas, de manera que, al término de un ciclo escolar, todos los esfuerzos del colectivo docente realmente se traduzcan en un avance significativo en el aprendizaje de los alumnos, especialmente de aquellos que requieren más apoyo.

En este contexto, un elemento fundamental por considerar son las prioridades educativas establecidas en el Sistema Básico de Mejora, que deben estar atendiéndose en todas las escuelas como parte de la misión del plantel al comprometerse a prestar atención a la normalidad mínima escolar, a poner un alto al abandono escolar, a promover una convivencia sana y pacífica, y a mejorar el aprendizaje (con énfasis en lectura, escritura y matemáticas), y así la escuela pueda avanzar para crear oportunidades constantes de aprendizaje y ser mejor cada día en beneficio de la comunidad escolar.

Manuales de aplicación

  1. Exploración de habilidades básicas
  2. Manual de Observación de clase

Materiales. Aplicación censal

  1. Exploración de habilidades básicas
Secundaria 

Sitio Oficial SisAT Escuela a Tiempo
http://dgdge.sep.gob.mx/sisat/materiales.html